Nombres y cosas mías
A veces asocio colores y otras cosas a los nombres, y no estoy muy segura de por qué. Sólo en algunos casos me queda claro que es cosa de mi sinestesia; en otros, ni idea, podría ser por algo que me pasó al conocer a una persona que se llama tal o cual. Espero que no penséis que estoy p'allá. Bueno, tendríais razón en pensarlo, pero no creo que sea precisamente por esto:
Oscar: malos estudiantes. Salvo uno, un geniecillo.
Fernando: buenas personas, pero no estaría mal que tuvieran un poco más de sangre en las venas.
Carlos: color rojo.
Pili: traviesas, activas. Pero Pilar es seria y un poco malintencionada.
Amaia: colores rosa y blanco. No sé por qué, será por las vocales.
Juan: color marrón. Un poco brutos.
Roberto: cuadrado.
Susana: color verde.
Raquel: marrón.
Elena: retorcidas.
Isabel: malísimas. Con una excepción, una buena amiga.
Carmen: color rojo, como Carlos.
Pablo: arco de iglesia. Color marrón claro.
Ignacio: color blanco, con un poco de dorado.
Felipe: azul y amarillo.
Jon: blanco y negro.
Sonia: niñas mimadas. ¿Sabíais que es el diminutivo ruso de Sofía?
Sofía: gris, tacto rasposo.
Alberto: tranquilos.
Merche: pescado albardado.
José: color verde, algo rasposo.
Jesús: color marrón.
Luis: como Jesús, pero un poco más brillante.
Javier: color verde y blanco.
Tengo más, pero a bote pronto no me salen.